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CUADERNOS DEL PERÚ por Arturo Ojeda

Aportes para un nuevo modelo de Desarrollo.

Aportes al modelo de desarrollo.

 

QUE EL ÁRBOL NO CREZCA TORCIDO

 

El país vive un momento muy emotivo y lleno de esperanza, el crecimiento del PBI en un aproximado 8% anual, la relativa estabilidad política nacional, las buenas relaciones con los países vecinos, la inminente firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, la evidente reducción de la pobreza –fundamentalmente en las necesidades básicas insatisfechas- de los últimos años, todos estos hechos incrementan el positivismo y la esperanza en el futuro. En hora buena para todos los peruanos.

 

En paralelo, vemos cómo va cambiando la presencia nacional en la televisión. Años atrás, las pantallas “peruanas” más parecían extranjeras (alguna vez un turista me comentó que al prender la TV pensó que estaba en Europa). Ello obedece a dos factores, el primero a la recuperación de una conciencia nacionalista, nacida en contra del exotismo cultivado durante el fujimorismo y que fuera una de las razones de su caída, y el segundo, al desarrollo agresivo de un empresariado nacional, después de mucho tiempo, verdaderamente peruano. Como bien lo señala Arellano en su ya imprescindible libro, Lima, ciudad de los Reyes, los Chávez y los Quispe.

 

El Perú está creciendo y continuará haciéndolo por muchos años más, pero debemos en este momento hacernos la pregunta, ¿hacia qué modelo? El norteamericano, nos acaba de mostrar una de sus perlas, uno más de sus jóvenes asesinó a mansalva a 8 personas en un mercado, había advertido de ello, pero el hiper individualismo existente entre ellos y el “a mí qué me importa” impidieron que nadie actúe a tiempo. Los europeos son una sociedad que trata de superar su historia de desangramiento, con millones de muertos en el periodo de 1850 a 1950. El Asia es un conjunto de pueblos donde políticamente el despotismo “ilustrado” es la nota dominante, y si bien existe un sentido colectivo impresionante, matriz de su actual éxito en la economía mundial, el individuo pasa a ser un elemento complementario, no esencial. El fundamentalismo de las culturas árabes nos exime de pensarlas como modelo.

 

El rumbo de América Latina tiene que ser marcado por sí misma, por sus características culturales, por el aporte convivencial y complementario de todas sus culturas. Y ello implica, considerar dos ejes fundamentales, al individuo y a su cultura social. Y este factor es muy importante en el actual proceso homogenizador con el que irrumpe la globalización. De ésta podemos decir que lo bueno es lo que podemos enviar de nuestro al mundo; lo malo, lo que podemos recibir de él si no sabemos procesarlo inteligentemente.

 

Lo “nuestro” es lo mejor que tenemos, es lo que realmente está diferenciado. El cobre, el oro, el petróleo lo hay en todas partes, nuestra cultura propia sólo en sus manifestaciones sociales, artísticas y económicas. Y aquí cabe la pregunta, ¿alguna entidad se está preparando para potenciar nuestra variopinta identidad social e institucional?

 

Estados Unidos, de quien se dice es el país más globalizado del planeta, vive en carne propia las consecuencias de la anomia y la desconfianza. Aquí al costado, Chile, el país más globalizado de Sudamérica, está conmocionado por el desapego progresivo de su sociedad a valores de solidaridad social, que son justamente los hechos que movilizan a la protesta a su juventud.

 

En nuestro país, la política de desarrollo social es la que menos podemos dejar a criterio de mercado y mucho menos a la improvisación. Estamos en un momento en que todos juntos, Estado, empresas y sociedad civil debemos poner las manos a la obra para que el nuevo Perú que surja en esta nueva oportunidad que nos da la historia, sea el de todas las sangres, sin excluidos ni exclusores. Que el árbol no crezca torcido, será responsabilidad de todos, pero más que nada de nuestros gobernantes.

 

En el aniversario de la Batalla de Ayacucho.

 

Lima, 09 de diciembre del 2007. 

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